Sí. Otra maldita vez hemos perdido.

Perdió Chivas, perdió México, perdimos los mexicanos, los que queremos a nuestro país, a nuestro futbol, a nuestro deporte nacional, las personas que me conocen saben bien que Chiva no soy, que incluso en ocasiones he reparado contra los manejos absurdos, apresurados y totalmente unilaterales de Jorge 'el Dictador' Vergara, y que definitivamente si creo en un tipo de amor y fidelidad es sólo hacía el Cruz Azul de mis amores, pero la noche de anoche dolió haber perdido una vez más, dolió no tener los argumento suficientes para levantar la tan ansiada copa, dolió por que Chivas fue un digno representante de nuestros sueños y esperanzas, fue un conjunto aguerrido cuando se necesito, fue un cuadro que aunque siempre antepuso el resultado al buen futbol lo hizo de manera digna y que incluso cuando hizo falta bravura y coraje no escatimo en gastos; anoche el sueño rojiblanco se diluyo llevándose consigo las esperanzas mexicanas de trascender, es otro de esos momentos que los aficionados mexicanos nos hemos quedamos con el grito en las gargantas, grito que a la postre se convertiría en llanto, en acongojo y en frustración, otro momento en que el aficionado mexicano se pregunta, ¿hasta cuándo?, hasta cuándo nos alcanzará la mentalidad, el corazón, el futbol o yo que diablos sé que es lo que a los argentinos y brasileños sí les alcanza y muchas veces les sobra, tan les sobra que se les escapa por la boca y los hace ver bocones y altivos, pero la realidad es que lo que tienen se lo han ganado, nosotros aún seguimos tratando y trantando; en 2001 parecía ser un buen primer intento con un equipo cementero que se fue a darle la cara a un Boca Juniors que por momentos parecía anonadado, sorprendido pues el patito feo, el invitado non grato, le fue a levantar la mano a un legendario cuadro xeneize, aún así no alcanzo; anoche y 10 años después, este segundo intento, nos deja un muy amargo sabor de boca, anoche no fue ni pudo ser, anoche otra maldita vez caímos con la cara al sol.

Mañana será otro día.


La noche de mañana, miércoles 18 de agosto de 2010, podría ser recordada como la noche en la que el futbol mexicano, el de los altibajos, el de las incongruencias, el de la federación torpe, insana y habilona, pero sobre todo el del 'ya merito', déje atrás sus infructíferos intentos de coronarse y pasar de dar grandes partidos a dar grandes glorias a su gente. Mañana es el día en el que un cuadro mexicano, y no sólo mexicano sino mexicanisimo podría regalarle a esta nación su primera Copa Libertadores de América; la noche de mañana se juega la vuelta de la más prestigiosa copa de este continente, mañana podría ser buen tiempo para saldar viejas deudas no sólo futbolísticas, sino deudas de honor, mañana podría ser el día en que los mexicanos le digan a Conmebol y a las federaciones que siempre nos mal ven como un país inferior futbolísticamente hablando, pero que al mismo tiempo ponen todo tipo de excusas para amarrase el dedo en lo que pudiese ser un traspie de sus clubes al jugar en suelo mexicano, ya no más; el día de mañana al jugarse la final de vuelta en el estadio Beira-Río de Porto Alegre, podría Chivas por fin enterrar a los muchos fantasmas que siempre rondan el entorno futbolístico mexicano y acabar con las amarguras que significan esta clase de partidos para cuadros aztecas, ¿qué si se puede?, claro que se puede, hace algunos años Cruz Azul con las mismas adversidades, en una cancha igual o incluso más difícil contra un equipo igual o mejor y sí, también igual o más marullero, se quedo a muy pero muy poco de lograrlo, se quedo a 5 centímetros de mentalidad, se quedo a 1 kilogramo de deseo y a 11 pasos de suerte de logralo.


La noche de mañana, es tu noche Chivas, es tu noche México, es la noche de los mexicanos que sueñan, que viven y que creen aún en el futbol mexicano que no han perdido la esperanza de algún día poder beberse por fin la gloriosa Copa Santander Libertadores.























Quien ha jugado Silent Hill sabe de la pesadumbre que es navegar entre dimensiones paralelas, la incertidumbre que significa el simple hecho de abir una puerta y no saber que nos espera al cruzar el umbral; ayer tuve la oportunidad de ver una película cuya trama viaja en esos rúbros, Dark Floors (2008), de Pete Riski, es una producción finlandesa de terror cuya trama se centra en un padre tratando de proteger a su pequeña hija aparentemente autista, y digo aparentemente por que esta como muchas otras quedan volando, de algo que los acecha después de quedar atrapados en el elevador de el hospital donde la pequeña es tratada y al salir se encuentrán con un lugar oscuro y viejo aparentemente una dimensión paralela. Mientras que el papel de los personajes son demasiado ambiguos, la atmósfera no termina de ser lo lúgubre que busca desde un principio, la historia tiene demasiados recobecos que terminan por nunca ser saldados lo cual termina por ser una experiencia frustrante pues el mismo rol de los personajes busca ser muy espécifico y termina por ser nada más que pretencioso, con una clara reminiscencia a Frágiles (2004), de Jaume Baláguero (la cual recomeindo ampliamente), Dark Floors es sólo recomdale se te gusta el cine de sustos repentinos pero con absolutamente nada sobresaliente en la historia ni en las actuaciones.

Todos tenemos secretos; bajo esta premisa Lake Mungo (2008) desarolla una trama que mantiene un perfil bajo a lo largo de la historia, esta película está escrita y dirigida por el australiano Joel Andersson, quién se encarga de llevar al espectador por un viaje un tanto lento, sin llegar a ser aburrido, a pesar que historia sufre altibajos esta contada de una manera muy amena y es de estás cintas que te ponen un poco a trabajar la ardilla al terminar de verlas, la trama gira al rededor de una familia compuesta por dos padres y un hijo varón los cuales han perdido a su hija, Alice (interpretada por la guapisima Talia Zucker), quien parece no haberse ido del todo y parece que hay algo que quiere que sus padres sepan; la historia suena un poco trillada al grado de leerse como el trípico churro holliwoodense del fantasma que asusta a su familia mientas que su comentido es decirle a su familia quien la/lo mató, más sin embargo no es así, se trata de una película bastante llevadera que en alguna ocasión te causara algún sobresalto y que por encima de todo vence los estereotipos pues también fue parte del After Dark Horror Ferstival, del cual regularmente salen churros infumables, Lake Mungo es una buena película que puede clasificarse como de terror sobrenatural.

Y para finalizar y terminar el fin de semana con una película bastante light, te recomiendo Our Family Wedding (2010), una comedia romántica que cuenta nada más y nada menos que con actuaciones como la del gigante Forest Withaker es un papel bastante desenfadado y de América Ferrara (la otrora Betty de Ugly Betty), que trata sobre la etapa previa a la boda de Marcus (Lance Gross) y Lucía Ramírez (Ferrara) y todos los problemas a los que deben enfrentarse debido a las diferentes culturas familiares sino por el mal comienzo que tienen las misma al conocerse; definitivamente te hará sonreir al dejar de lado las tramas complejas y centrase en una mera comedia romántica que termina siendo bastante respetable.

Definitivamente este fin de semana en el que se exhiben películas tan Hollywood (lease churros) como Salt, Como Perros y Gatos 2, El Aprendiz de Brujo; y si ya vsite El Origen, Mi Villano Favorito, y Los Indestructibles, bajate las películas que te recomiendo y encierrate el domingo a ver cine fuera de los comercial (lease malisisisimo, lease Salt).

Feliz fin de semana.

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En el futbol no existen verdades absolutas sólo relativas...

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