Estadio

En esas ocasiones en las cuales hay "ratitos" de ocio en la chamba, no sólo hay regaños y tensión, también se platica de futbol, y es agradable entender el futbol desde otra perspectiva. Sin duda alguna, la diferencia generacional me da otra visión de como fue el futbol hace veinte, treinta e incluso cuarenta años, y es que mi jefe no es un quinceañero ya, pero habla de su sentir del futbol y es interesante; concretamente me quiero referir a algo de lo que solemos hacer referencia que es el amor a la playera, desde su punto de vista ya no existe esta situación, donde el futbolista nacía futbolísticamente en un equipo y pasaba si no toda su carrera, sí la mayor parte de ella en esta misma institución, luchando por su equipo en las buenas, en las malas y en las peores; y sin dejar de lado que el futbol con el tiempo ha cambiado, me parece que era más entrañable, en aquellos tiempos, el sentimiento o la satisfacción que les daban sus ídolos, gente que se ganó este título con el tiempo, con su entrega, tal vez con sus goles, pero sobre todo con las temporadas en el equipo, y sí, hoy llega un jugador a algún equipo y un año después ya es "ídolo" y figura.

Es claro que el futbol, como todo, se tuvo que adecuar a las circuntancias, y una de las consecuencias de esto ha sido, por necesidades económicas, formar figuras para después venderlas, lo cual si bien no es malo, si ha terminado con la posibilidad de que los jugadores empiecen y terminen sus carreras en el lugar que los vió nacer futbolísticamente.

En la actualidad contados son los casos en que un jugador ha pasado su carrera defendiendo los colores de una sola bandera, casos destacables son los de el italianos Francesco Totti jugador de la Roma, Paolo Maldini de quienes disfrutamos el calcio desearíamos fuese eterna esta temporada pues tras más de veinte años militando en el equipo Lombardo dirá adiós a las canchas, y acá pudiésemos platicar de alguno como Óscar "El Conejo" Pérez, si no fuese por que Cruz Azul no tuvo la paciencia y lo dejó ir, como quien pierde un billete de 20 pesos.

Sin embargo no son sólo los clubes los que toman este tipo de determinaciones, las reglas actuales que promueve la FIFA, permiten la independencia suficiente a los jugadores, para decidir que camino les conviene más, como el caso del inglés David Beckham, al cual siempre he criticado por ser más modelo que futbolista, y no me retracto de ello, sin duda es un jugador de elite, por que lo es, más sin embargo ha abogado más por su seguridad ecónomica que por su crecimiento futbolístico; y para muestra basta un botón, hoy día está dispuesto a lo que sea por permanecer en Milan lo que significaría deslindarse de su actual club Los Angeles Galaxy, quien pagó 250 millones de dólares por sus servicios durante cinco años de los cuales apenas ha cumplido dos de contrato, en los que no ha ganado nada, ademas de ser incostante, y de pobre rendimiento, y la verdad es que no es criticable más su desempeño individual que el pobre rendimiento de una liga tan pequeña como la americana, a mi criterio siempre sera una decisión vista sólo por beneficio económico que por crecer o mantenerse en un ritmo futbolístico de elite.

Así pues, he llegado a la conclusión que no es culpa ni de los jugadores ni de los clubes que no exista el llamado amor a la camiseta, por lo menos no en el sentido en el que se originó hace ya muchos años el término, sólo sé que se quedó en la brecha generacional.